Bananas

A pesar de la creencia común, las bananas no crecen en árboles, sino en plantas que, en realidad, son gigantes. Con el cuidado y la atención adecuados, la planta tarda un año en convertirse en un banano de entre 3 y 6 metros de altura. Cuando la planta florece, aparecen las bananas. Al principio, parecen pequeños dedos rectos y delgados, pero, a medida que van creciendo, se van rellenando, giran hacia arriba en busca del sol, y comienzan a encorvarse y a adoptar su distintiva forma de sonrisa.

Las bananas se envuelven con una funda especial para protegerlas del viento y los insectos. Si esto se hace de forma correcta, se crea un microclima perfecto para que la fruta pueda crecer y mantenerse en condiciones óptimas. Esto también permite evitar los daños por fricción que causan las hojas y favorece la maduración.

Las bananas se cosechan cuando están verdes. Cada planta produce un solo tallo grande que tiene entre 100 y 200 bananas. Los cortadores expertos seleccionan la fruta según su madurez, calidad y grosor. Cada tallo se baja con cuidado y se apoya sobre una especie de cojín que los recolectores tienen en los hombros para poder llevarlo hasta un andarivel cercano. Entre los racimos, se coloca una almohadilla de espuma para proteger la fruta. La producción de bananas sigue siendo un trabajo que se realiza de forma manual, ya que las máquinas podrían dañar la delicada fruta.

Es extremadamente importante manipular las bananas con sumo cuidado durante todo el proceso. Una vez que se corta el racimo de la planta, comienza una carrera contra el tiempo, ya que se inicia el proceso bioquímico de la banana. Si bien se debe actuar con rapidez, las bananas se deben manipular con mucho cuidado. Incluso la más mínima presión puede causar manchas marrones antiestéticas en la sensible cáscara. En el centro de empaque, se realizan controles de calidad exhaustivos. Allí, se controlan algunos parámetros, como el tamaño, el grado y el tipo de daños que puede llegar a tener la cáscara.

Es importante lavar la fruta para eliminar los residuos y garantizar que llegue al mercado en condiciones óptimas. Las bananas se lavan dos veces con agua reciclada. Las bananas verdes que aún no maduraron secretan un látex natural que queda en el agua tras el lavado y que se debe quitar de allí para poder usarla por segunda vez. Reutilizar el agua permite reducir su consumo hasta en un 80 %.

Una vez limpias, empaquetamos las bananas (siempre a mano) en cajas o bandejas protectoras; luego, las frutas emprenden el viaje hacia su destino final: los mercados. Solo las bananas que cumplen con los requisitos de Fyffes reciben nuestro símbolo de calidad: la etiqueta azul de Fyffes que se coloca a mano en cada racimo. (No se preocupe. Se usan todas las bananas, pero no todas llevan la etiqueta azul).

Las bananas se transportan en barcos con contenedores de última generación que permiten mantener la fruta en un estado de hibernación a una temperatura constante de 13,5 °C, es decir, con una refrigeración suficiente como para ralentizar el proceso de maduración, pero no como para que las bananas se congelen. En este ambiente controlado, las bananas se mantienen en perfecto estado. El viaje suele durar entre 6 y 14 días.

Al llegar, las bananas verdes se envían a nuestros centros especiales de maduración, donde los equipos de Fyffes las revisan y deciden cuál es la mejor forma de hacerlas madurar, ya que cada lote es diferente. En el transcurso de 4 a 6 días, los almidones de la banana comienzan a transformarse en azúcares naturales y la fruta verde madura hasta adquirir un suave color amarillo cremoso. Enviamos las bananas a las tiendas locales una vez que terminan su proceso de maduración, de verde a amarillo.

Muchas veces, enviamos a los minoristas bananas que todavía no maduraron por completo a fin de que estén perfectas cuando los clientes las lleven a su casa. Fyffes tiene un gráfico de colores que los minoristas pueden usar para pedir que las bananas lleguen a sus tiendas con un tono específico de amarillo. También podemos enviarles una mezcla de bananas verdes y amarillas: algunas para comer en el día y otras para disfrutar más adelante.